Los profesores siempre dicen que es más fácil educar a un niño desde pequeño que tomar una mente adulta y reformarla. El niño pequeño absorbe todo con sorpresa y entusiasmo. La mente adulta siempre está batallando contra las nuevas estructuras, intentando regresar a sus vicios y amarguras. La mente de los niños es vasta e ilimitada. La mente de los adultos guarda preconcepciones y se limita.
Regresar a hacer ejercicio después de 15 años de no practicar ningún deporte ha sido un reto. Aquellos que practican la escritura, habrán de decirme que lo terrible ha sido que no he guardado un diario efectivo del progreso. A más de tres meses de haber suspendido la escritura de este blog, vuelvo a retomarlo. En estos 110 días de silencio han pasado muchas cosas: durante las semanas restantes de enero y febrero seguí un plan de entrenamiento que me ayudó durante las primeras siete semanas de ejercicio. Pero al terminarlo tuve que reducir el ritmo por mi añeja lesión de la rodilla.
Fui a terapia física y ya saben, hay que tener cuidado de no forzar los ligamentos. Así que a bajarle un poco el ritmo. A partir de entonces intento combinar mis entrenamientos de resistencia con entrenamientos de fuerza. Les puedo contar que comencé en el nivel cero (como Kung Fu Panda) y esta semana por fin ya logré avanzar al nivel uno "principiante". Esta semana también comencé con entrenamiento de velocidad, que no había hecho por concentrarme en el de resistencia. Confieso que todavía me falta mucho por leer y por aprender sobre el asunto, pero voy mejorando.
Y para que no sientan que esto fue pura cháchara autojustificatoria, les puedo decir que vengo de correr 5880 m en 40 minutos. Sí, a la tortulenta velocidad de casi 7 minutos por kilómetro. Pero es más de lo que nunca antes había corrido. Ahora que ya hice la resistencia necesaria trabajaré con mi velocidad. A ver cómo nos va con este mes de entrenamiento. Un saludo fugaz, corredores del mundo.